miércoles, 26 de febrero de 2014

LAS CINCO MEJORES PELÍCULAS PARA CONSEGUIR UN SUEÑO



Películas inspiradoras. De esas que te hacen creer en tí mismo y en que los sueños se pueden cumplir. Leyendo sobre cosas de Dios he aprendido que los sueños y deseos más íntimos que hay en nuestro corazón fueron depositados ahí por la divinidad antes de venir a este mundo. No son gratuitos. Si deseas fervientemente algo legítimo (a los ojos de Dios...) debes saber que ese deseo no surge de la nada, surge del proyecto de tu destino. "La vida es sueño" que decía Calderón y por tanto los sueños son vida.

Debemos alentar nuestros sueños ya que son ellos los que dan sentido a la existencia. Y estas películas son alentadoras, positivas, dan ganas de luchar. Y con la crisis que vivimos nada mejor que aportar generosas dosis de optimismo y lucha siempre que sea posible. Aquí van.



"Armas de mujer", de Mike Nichols



Melanie Griffith armada con un kilo de hombreras y un brutal pelo cardado ochenteros luchaba con denodado esfuerzo por hacerse un hueco en el agresivo mundo empresarial de Manhattan. Una jefa snob y un novio algo patán no pudieron acabar con su talento y consiguió su objetivo: un trabajo digno y acorde a sus aptitudes y cualidades.
La canción de Carly Simon ganó el Oscar ese año muy merecidamente, es un tema emocionante.




"Cadena Perpetua", de Frank Darabont


Tim Robbins encarna en esta cinta a un banquero que ve su vida atrapada y condenada por una sentencia injusta. En la prisión traba amistad con un maravilloso Morgan Freeman y allí demuestra que la persona más inteligente es la que se adapta mejor a cualquier ambiente, ya que hace de la cárcel un auténtico ejemplo de superación y lucha en las condiciones más adversas. Aunque tarda muchos años finalmente consigue su anhelado sueño de justicia y de libertad. Es una de las mejores películas carcelarias que he visto en mi vida. Dura y hermosa, como la vida, vaya.






"En busca de la felicidad", de Gabriele Muccino



"Nunca dejes que te digan que no puedes hacer algo" es uno de los mensajes clave de esta película sobre la lucha de un padre por conseguir un futuro mejor para él y para su hijo.

Según Scott Foundas de "LA Weekly" la cinta evoca a Capra mientras examina el sueño americano. Para ser una película concebida y ejecutada en el lenguaje comercial dominante de Hollywood tiene una profundidad y honestidad poco frecuentes. 
Will Smith nos ofrece aquí uno de sus más logrados papeles hasta la fecha.









"Flashdance", de Adrian Lyne


El sueño de una soldadora de día y bailarina en un club de noche era ser bailarina clásica. Y no ceja en su empeño hasta que lo consigue. Una película icónica de los ochenta con una fuerte estética a medio camino entre los primeros videoclips de Madonna y la elegancia sensual tan propia del cine de su director, Adrian Lyne. Fue imitada incluso en recientes videoclips como el del tema "I´m glad" de Jennifer López.  Esta imitación le valió una demanda por parte de la mujer en la que se basa la cinta.





Otra Jennifer, Jennifer Beals, hace un papel a la medida de su belleza y juventud y nos muestra que con arrojo y coraje tu sueño puede hacerse realidad.
Ingrediente clave del éxito de la puesta en escena de la historia es su excelente banda sonora con la mítica "What a feeling" de Irene Cara a la cabeza.





"Billy Elliot", de Stephen Daldry



"¡Quiero bailar!" es parte del título y el leit-motiv de esta historia tierna y emotiva sobre la belleza de los sueños por cumplir en medio de un ambiente hostil y nada propicio. Esa belleza pura coincide con la infancia del protagonista, un niño distinto y entusiasta que ve en la danza una salida a un mundo dominado por la rudeza y el desaliento. Basada en hechos reales fue un rotundo éxito de crítica y público y no es extraño ya que es de las mejores cintas británicas de drama social de los primeros años del siglo veintiuno.









La posibilidad de realizar un sueño es lo que hace que la vida sea interesante

                                                                                                            Pablo Coelho