Esta receta se me ocurrió para aprovechar un resto de vino Cartojal muy típico de la Feria de Málaga. Es un vino dulce ligero, afrutado y combina espectacularmente bien con un buen pescado.
Ingredientespara 2 personas:
Unos 300 gr de lomos de lubina fresca, un vaso (unos 200 ml) de vino cartojal, un brick pequeño de nata líquida, unos 50 gr de pasas sin pepitas, una cebolla pequeña, pimienta negra en grano, una pizca de nuez moscada, perejil, aceite de oliva, sal.
Es muy muy fácil de hacer.
Primero se sofríe la cebolla en aceite de oliva o bien en mantequilla. Cuando tenemos la cebolla frita se bate junto al vino y la nata líquida y en esa salsa se hace a fuego lento el pescado, junto a las pasas y las especias hasta que la salsa espese y el pescado esté hecho.
¡En unos 25 minutos está listo!
100 ml de aceite o 60 gr de mantequilla sin sal en pomada
una pizca de canela
un vaso de leche
Un bote de mermelada o nocilla
Una tableta de chocolate para postres
palillos de madera o similares
bolitas o virutas de colores para decorar
Se baten todos los ingredientes y se hacen los crêpes por ambas caras en una sartén grande.
Se van depositando en un plato y se dejan enfriar. Una vez que estén "manejables" se untan con mermelada o nocilla o alguna crema que haga de alguna forma de "pegamento" entre ellos.
Una vez untados se enrollan de 2 en 2 o de 3 en 3 (dependiendo del grosor de cada crêpe...) y se envuelven en papel de aluminio y al frigo durante un mínimo de 2 horas para que el rollo quede bien prensado.
Se saca el rollo y se corta con mucho cuidado en rodajas de unos 2 cm de grosor. Acto seguido se pincha cada rodaja en el palillo y ya tenemos la piruleta. Sólo queda fundir el chocolate y bañar cuidadosamente cada piruleta en él, decorar con las bolitas de colores y dejar enfriar en el frigo unas horas para que cuaje el chocolate.
Kathy Bates y Jessica Tandy en "Tomates verdes fritos"
"Ternura": cariño, amor, amabilidad o afecto.
Todas estas emociones surgen de forma natural al ver cualquiera de estas cinco películas. La ternura es una cualidad infravalorada estos días, tan dados a la agresividad y a la competencia feroz por todo. Ser tierno es sinónimo de blando, de débil o en el mejor de los casos, de "cursi". Pues yo me declaro cursi, me gusta lo tierno, lo delicado, lo dulce.
Si tenéis un día necesitado de algo de eso, poner alguna de las pelis de este tierno quinteto os asegurará unos gramitos de azúcar en vuestra vida... al menos por unas horas. Aquí van:
1. "Cinema Paradiso", de Giuseppe Tornatore.
El amor al cine a través de una vida. Esta frase resume una de las mejores películas sobre el cine de todos los tiempos. La escena final de los besos acumulados en recortes censurados es de lágrima asegurada. Si no te emocionas viéndola sencillamente es que no tienes corazón o directamente, no amas el cine. Ennio Morricone puso magistral banda sonora a esta preciosa historia de amores cinéfilos y eternos.
2. "El apartamento", de Billy Wilder.
Dos seres solitarios y desplazados se encuentran en la isla de Manhattan y se enamoran contra todo pronóstico. Jack Lemmon en uno de sus mejores papeles y Shirley MacLaine como la amante despechada del jefe adúltero forman una de las parejas más tiernas de siempre. Su final elegante y sutil deja vislumbrar el futuro de un amor a prueba de bombas (y de despidos improcedentes).
3. "Tomates verdes fritos", de John Avnet.
La amistad entrañable que surge entre una anciana solitaria cargada de recuerdos y una rolliza ama de casa un tanto frustrada nos dejó esta maravillosa película con sabor a cocina sureña y sueños de autenticidad. Como siempre, en toda película calificada como "tierna", el encuentro entre dos personajes que se necesitan mutuamente es el punto de partida que da lugar a historias como esta tan inolvidables y cargadas de melancolía.
4. "Mi chica", de Howard Zieff.
Ver morir a Macaulay Culkin por la picadura de unas abejas es una de las crueldades más espantosas con las que uno puede toparse en una película. Si a eso sumamos una niña sin madre y un padre de profesión funerario tenemos unos ingredientes más propios de un drama que de esta cinta tan tierna que sabe a recuerdos de infancia en una tarde de verano, de esas tardes de rodillas untadas de Mercromina y bocatas de Nocilla.
Anna Chlumsky debutó en ella y enamoró a medio mundo como Vada, una soñadora y preciosa niña que entra de puntillas en la adolescencia.
A destacar su excelente banda sonora.
5. "Un gángster para un milagro", de Frank Capra.
Annie Manzanas era la mendiga borrachina convertida en dama de la alta sociedad neoyorkina por obra y gracia de un Glenn Ford supersticioso y de buen corazón. Frank Capra rehizo en los años sesenta su anterior "Dama por un día" emocionando al más duro de los gángsters en la época de la Ley Seca. Esta película supuso el debut de una bellísima Ann Margret y uno de los últimos y mejores papeles de Bette Davis.
El amor sin ternura es puro afán de dominio y de autoafirmación hasta lo destructivo. La ternura sin amor es sensiblería blanda incapaz de crear nada.
Este pudding sabe a los chupa-chups rojos "Kojak" de la marca Fiesta de toda la vida. Sí, esos rellenos de chicle que sabían como las piruletas "de corazón" de la misma marca, ¿os acordáis?
Es bien fácil de hacer y es un éxito asegurado para los nostálgicos de los sabores de antaño. Esta es una receta completamente original y nada vista, de hecho, si buscáis en google su nombre no os saldrá nada parecido.
Ingredientes para 4-5 personas:
6 huevos
1/2 litro de nata líquida
unos 150 grs de azúcar
2 botes de
mermelada de cereza marca "La vieja fábrica" (es muy importante usar esta marca y no simplemente una parecida ya que es la única que le da al pudding el sabor auténtico del famoso chupa-chups de cereza...)
bizcochos de galleta alargados (una caja)
caramelo líquido
200 gr de chocolate blanco
guindas para decorar
Modus cocinandi
Untamos con el caramelo el fondo y los lados del molde de pudding. Aparte,
batimos bien en un bol los huevos, la nata y el azúcar.
Introducimos la mezcla
en el molde y después incorporamos la mermelada de cerezas.
Para terminar añadimos los bizcochos bien desmenuzados y lo ponemos al baño maría en el horno
a 180º durante 3/4 de hora o 1 h. Comprobar si está listo introduciendo un palillo. Si se
puede, lo apagamos antes de que esté del todo cuajado y lo dejamos que se
termine de hacer y que se enfríe dentro del horno.
Para acabar, desmoldamos en frío, fundimos el chocolate blanco, y cubrimos el pudding con él, decorar con las guindas al gusto.
Hoy hace un día lluvioso, la lluvia me ha recordado una de mis pelis fetiche, Desayuno con diamantes, y esta peli me ha hecho pensar en esas películas que derrochan elegancia por los cuatro costados.
Aquí va un repaso por las cinco que yo considero las películas con más estilo, más elegantes, esas en las que lo que se cuenta es tan importante como la atmósfera estética en la que se desenvuelven.
Para elegirlas he tenido en cuenta tanto su belleza estética como su influencia en la moda y el estilo de la época en la que nacieron.
Edith Head diseñó el vestuario de "Atrapa a un ladrón" y de "Desayuno con diamantes", y Cary Grant aparece en tres de este top five como galán protagonista. Siendo como fue uno de los más elegantes actores que ha dado el cine no es de extrañar su omnipresencia en cualquier listado sobre glamour y allure en el mundo del celuloide.
1. "Charada", 1963, de Stanley Donen
Mucha moda de los 60 con grandes gafas de pasta incluídas y un guardarropa impecable a cargo de Givenchy, París como telón de fondo y un Cary Grant maduro pero interesantísimo hacen de esta maravillosa película un icono absoluto de estilo.
¡y la banda sonora de Henry Mancini es inolvidable!
2. "Desayuno con diamantes", 1961, de Blake Edwards
Cinta icono del estilo por antonomasia. Givenchy, Edith Head, Nueva York y Tiffany´s son elementos más que sobrados para haberla convertido en un referente de la elegancia cinematográfica casi por encima de cualquier otra.
3. "Al final de la escapada", 1960, de Jean Luc Godard.
El corte de pelo de Jean Seberg hizo historia, como ocho años más tarde lo hizo el de Mia Farrow en "La semilla del diablo" de Polanski, ambas actrices contaban con el corte de cara perfecto para lucir ese pelo tan masculino que en ellas resulta arrebatadoramente femenino. Los pantalones Capri que en otras actrices pueden resultar algo cursis en Jean Seberg son el colmo del chic francés, precisamente por el contraste que se produce entre el look masculino del cabello a lo garçon y la exquisita femineidad del conjunto formado por los Capri y las bailarinas.
Según Godard, el estilo es el exterior del contenido y el contenido el interior del estilo, no pueden ir separados.
La camiseta marinera de rayas horizontales convertida más tarde en emblema de la marca Jean Paul Gaultier así como en pieza habitual vestida por Picasso también aporta una nota importante de fondo de armario icónico a esta cinta.
Picasso, por Robert Doisneau, 1952
Bjorn Andresen en "Muerte en Venecia", 1971
Jean Paul Gaultier, 1990
4. "Atrapa a un ladrón", 1955, de Alfred Hitchcock
Grace Kelly como una divina vestal de la Costa Azul envuelta primorosamente en gasas y joyas de relumbrón nos regaló una de las más bellas y glamurosas puestas en escena del cine de Hitchcock. Como curiosidad, decir que durante el rodaje de la película Grace mantuvo un romance con el diseñador de moda Oleg Cassini, aunque este no prosperó debido a la fuerte influencia que los padres de la actriz ejercían sobre su vida privada. No querían a un hombre doblemente divorciado para su hija. Poco después llegó Rainiero...
5. "Historias de Filadelfia", 1940, deGeorge Cukor
Adrian fue el diseñador de vestuario de esta eterna historia de amores inesperados y heredera de lujo sumidos en el blanco y negro más delicioso del cine americano de los años 40.
El estilo de Katharine Hepburn ha sido precursor del look masculino llevado por mujeres con suma inteligencia, resaltando una femineidad oculta pero fácilmente intuída.
"Tener estilo es saber quién eres, qué quieres decir y no importarte nada un pimiento" Gore Vidal
Un solomillo ibérico fresco de cerdo de medio kilo aproximadamente, una cebolla, un bote de mermelada de naranja amarga (yo usé la de la marca "La vieja fábrica"), un chorrito de miel, nuez moscada, pimienta negra molida, un brick pequeño de nata líquida, un vasito de vino tinto (100 ml), otro pequeño de fanta de naranja, aceite de oliva virgen extra, sal.
Modus cocinandi
Dejar macerar el solomillo la noche de antes. Lo maceramos en una mezcla hecha con la mermelada*, la miel, y las especias. Al día siguiente habrá soltado el jugo natural de la carne.
Primero sofreímos la cebolla a fuego lento unos 25 minutos, batimos este sofrito con la mezcla resultante de la maceración. Acto seguido colocamos la carne en una sartén grande a fuego medio durante una media hora haciéndola en la salsa del sofrito, junto a la nata, el vino y la fanta de naranja.
Comprobamos si está hecha cortando el solomillo por la mitad. Si lo está, apartamos la carne y batimos la salsa en la que se ha hecho para eliminar cualquier posible tropezón.
* Si se desea, al emplatar se puede decorar la carne con con un poco de mermelada de naranja.
Ahhhh, se acerca imparable la fecha cursi y empalagosa por excelencia, ¡¡el día de los enamorados!!, ese día en que todo aparece invadido por una marea de corazones, corazones rojos, corazones en bombones, corazones en tarjetas, ese día dulzón no eres nadie si no portas corazones en algún sitio de tu existencia, aunque sean de pega, de usar y tirar, pero tienes que poner un corazón en tu vida, aunque sólo sea el que va dentro del pecho...
Y como buena amante del cine aprovecho para elaborar una lista de películas perfectas para esa cita romanticona, para ese encuentro chispeante o simplemente, para disfrutar del amor ficticio en dos horas de metraje sin más complicaciones.
Me ha costado "tela" seleccionar unos pocos entre tantos "títulos amorosos" pero aquí va mi particular ránking de las pelis de amor más bonitas de todos los tiempos. Espero que gusten y sean de utilidad para alguna parejita feliz.
1. "Tú y yo" de Leo McCarey.
Sublimes Cary Grant y Deborah Kerr en su cita en lo alto del Empire State building. El perfeccionista director la había rodado años antes en blanco y negro pero la rodó de nuevo en los años 50 y dio como resultado una película sencilla, pulcra y elegante que puede gustar por igual a una pareja de 30 y a una de 70. La calidad es lo que tiene.
2. "Love Story" de Arthur Hiller.
Para llorar y llorar sin parar, para románticos incurables que al escuchar su cancioncita eterna sienten de forma automática un pinchazo en el pecho, si ese día llueve el kit del romanticismo ya está completo. Ali McGraw enamoró a medio mundo con su inolvidable papel de empollona con encanto.
3. "Algo para recordar" de Nora Ephron.
Una de mis favoritas de siempre. Su argumento, simple pero potente: la idea de que alguien a quien aún no conoces puede ser tu alma gemela, tu media naranja, es preciosa y siempre me ha emocionado esta comedia estupendamente interpretada por Tom Hanks y Meg Ryan. Contiene un guiño a la primera peli del ránking, a "Tú y yo", con la escena en lo alto del Empire State, incluso aparece varias veces en el film como una de las películas preferidas del personaje de Meg Ryan. Deliciosa.
4. "Ghost" de Jerry Zucker.
El amor verdadero continúa en el más allá. Este mensaje y unos personajes en auténtico estado de gracia hicieron de esta película el exitazo rotundo que la ha convertido en todo un clásico contemporáneo por derecho propio. La banda sonora, con la maravillosa "Unchained Melody" completa esta bella historia de fantasma enamorado, amada incrédula y médium inolvidable.
5. "Antes del amanecer" de Richard Linklater.
Viena, una noche y el recuerdo eterno. Estos son los ingredientes de esta historia dulce, evocadora y nostálgica. Un homenaje al destino, al encuentro fortuito, a la magia de un romance inesperado y efímero. La secuela que vino después también es buena, pero la primera para mí es la mejor.
Tras verla, Ethan Hawke era el chico que todas deseábamos encontrarnos en el tren. Un oficinista gordo y calvo solía ser la realidad...
Y ya sólo me queda desear desde aquí un feliz día de San Valentín a todos los enamorados, a todos los que desean estar enamorados y a todos aquellos que un día lo estuvieron porque "el amor no pasa nunca de moda ni muere, sólo se transforma..."
Para empezar el año muy dulcemente traigo estas magdalenas riquísimas y muy fáciles de hacer, como siempre.
Algo empachada de la avalancha de cupcakes que invade blogs, pastelerías de nuevo cuño y en general, todo el universo culinario-dulcero de nuestro país, lo mío son magdalenas, de las de toda la vida, nada de tanto frosting pringoso y tanto rollo copión americano.
Rellenas de mermelada de naranja, el contraste con el chocolate negro es sencillamente delicioso.
Necesitamos para unas 12 magdalenas de tamaño medio:
3 huevos, unos 200 gr de azúcar, unos 200 gr de harina, ralladura de una naranja, un bote de mermelada de naranja, una tableta de unos 200 gr de chocolate de cobertura con mínimo 55% de cacao, un sobre de levadura, 2 cucharaditas de aroma de vainilla (yo uso el dela marca "Vahiné"), unos 200 ml de aceite de oliva o 50 gr de mantequilla sin sal en pomada, una pizca de canela, un vaso de leche.
Batimos todos los ingredientes excepto la mermelada y el chocolate que son para el relleno y la cobertura respectivamente.
Una vez bien batida la mezcla la echamos en los moldes (yo usé unos de silicona de tamaños distintos) se echa un poco de mezcla, a continuación ponemos una cucharada de mermelada y seguimos echando un poco más de masa hasta que casi lleguemos al borde del molde.
Precalentamos el horno unos 10 minutos a 200º.
Ponemos los moldes en el horno unos 20 minutos a 180º y ¡listas!.
Por último fundimos el chocolate (yo lo hago en el microondas, con un poco de leche hasta que hierve, pero cada cual tiene sus métodos...) y echamos un poco encima de cada magdalena.
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